jueves, 11 de febrero de 2010

Mi mejor amiga es anoréxica


Eva y yo somos amigas desde los tres años de edad. En pequeñas siempre estábamos muy divertidas y teníamos muchos amigos. Mientras crecía, Eva se preocupaba más por su cuerpo. Teníamos ya quince años y esas preocupaciones eran normales. Pero una tarde un chico empezó a bromear con ella y le dijo que ella era gorda. Eva lo tomó en serio y durante toda la tarde no paró de pensar en el asunto. Después de esa tarde, Eva nunca más fue la misma persona. En el instituto solo hablaba conmigo y no comía casi nadie. Los meses iban pasando y ella cada vez más delgada. Entonces me di cuenta que ella podría tener un trastorno alimentario. Hablé con ella y le dije lo que pensaba. , tal y como lo esperaba, ella me dijo que estaba bien. Pero no me convenció y al día siguiente fui a hablar con la psicóloga del centro que me dijo que llevara a Eva al hospital. Después de hablar mucho sobre el tema, ella se decidió a ir. La acompañe a la consulta y médico me llamó para hablar con él. Me dijo que Eva a poco a poco iría a alimentarse mejor, pero que llevaría algún tiempo. A pocos meses de cumplir dieciséis años se notaba que Eva estaba mucho mejor. Estas mejoras se deben a Tomi. Se conocieron hace algunos meses y ahora son novios. Con la fuerza que Tomi le dio, Eva volvió a ser la misma persona que era, muy divertida y con muchos amigos. A pesar de estar mucho mejor, Eva continua consultándose con el médico y ahora ayuda a muchos jóvenes con el mismo problema que el suyo. Ella va a quedar con ellos al hospital y les cuenta su experiencia. Cuando habla con ellos intenta darles fuerza para que no sufran como ella sufrió. Les cuenta también que el mayor apoyo que pueden tener es el de los amigos, de la familia y, en su caso, de su novio. Eso sí. Es muy importante. Ahora que superó su problema, Eva está muy feliz y muy contenta por poder ayudar a otras personas a con el mismo tipo de trastornos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario